La lectura es una actividad amena que nos puede levantar el ánimo y está científicamente comprobado que reduce el estrés.
En 2008, como parte de un estudio de la Universidad de Sussex, en el Reino Unido (país que estaba pasando por una grave crisis económica en aquel año), varios psicólogos y psicoanalistas juntaron a un grupo de estudio e investigó sus métodos y rutinas para reducir el estrés.
El resultado del estudio fue que leer un libro, una revista, e incluso los titulares del periódico, reducía el estrés de las personas por un 66%. En comparación, escuchar música redujo los niveles del estrés al 61%, una taza de café o té al 54%, y caminar al 42%. Mientras que jugar videojuegos sólo fue efectivo un 21%.
Puede que el estudio se haya tratado de una comisión por una compañía chocolatera para regalar un millón de libros gratis durante seis meses; pero los números no mienten.
El Dr. Lewis, dirigente del equipo de psicoanalistas en Sussex, comunicó:
“Perderte en las páginas de un libro es la medicina máxima. Esto es particularmente profundo en estos tiempos económicos inciertos donde todos anhelamos por una cantidad considerable de escapismo. Realmente no importa qué tipo de libro sea, al perderte en el totalmente fascinante mundo de tinta y papel puedes escapar de las preocupaciones y las angustias del día a día, y pasar un buen rato explorando el dominio de la imaginación del autor. Leer es más que una simple distracción; es un ejercicio directo y activo de la imaginación y el intelecto, ya que las palabras en la página impresa estimulan tu creatividad y te hacen entrar en lo que, esencialmente, es un estado alterado de la conciencia.”
Fuentes:
A mi, la lectura salvo mi vida. Literalmente. Es el escape perfecto en cualquier momento de estrés, angustia o depresión.