Posiblemente lo más impresionante de la obra de Shakespeare es lo aplicable de sus personajes en la actualidad. Podrá haber existido hace más de 400 años, ¡pero vaya que estaba adelantado a su época! Solamente un verdadero genio toma una historia, un personaje, un lugar, y una tragedia, y hace que hable al alma humana. Esta semana se empieza una serie de tres posts, planeados con mucha investigación, que prueban por qué la gente debería leer más a Shakespeare.
No teoría, condición
Shakespeare le cogió muchísimo a las tragedias clásicas griegas como Edipo Rex. Lo mágico de este tipo de tragedias es su tema principal: La condición del ser humano. Amor, odio, prejuicio, venganza, orgullo, misericordia, ambición, enojo…la emoción que sea, él la retrata en sus obras.
Algo interesante es que, para el Bardo, no existe nada como teoría humana, afiliación política, estatus social, etc. Para él lo único que existe es la naturaleza de la especie humana. Hagamos un experimento para todos los amantes de Shakespeare: ¿Cuántas veces han visto que Shakespeare se identifique como conservador, republicano, liberal, etc.? La respuesta es: en ningún momento. Él nunca mencionó ninguna corriente política, y al mismo tiempo las condenaba y celebraba. Él tuvo el atrevimiento de no dividir a la gente acorde a lugar, época, o filosofía. Agrupaba a todos los seres humanos en un solo grupo imperfecto naturalmente destinado a caer presa de sus peores instintos. Ves lo mismo ocurriendo en Londres, Roma, Verona y Dinamarca. Shakespeare crea, con los más profundos matices, los más dramáticos personajes y las más realistas situaciones que son prototipos de las reacciones y actitudes ante las crisis.
Hamlet, la corrupción del estado
¿Te suena esto? El hermano menor del soberano, ansioso de tener todo el poder, mata a su hermano y se queda con el trono, poniendo en líos a su sobrino, hijo del difunto soberano, quien pasa la totalidad del esquema ideando un plan para vengar la muerte de su padre y asumir el lugar que le corresponde al tiempo que supera líos amorosos y de amistad y factores externos.
Si tú pensaste en El Rey León de Disney no estás del todo equivocado, pero este esquema en realidad fue inventado 400 años antes por Shakespeare en la tragedia de Hamlet, el Príncipe de Dinamarca, que fue adaptada a la historia de Simba. Hamlet es una tragedia sobre ambición, venganza, traición y lujuria. En el fondo, sin embargo, el tema principal de la obra es la corrupción.
*** créditos a STEPHENWILDISH.CO.UK
El tema de personas poderosas moviendo influencias no es nada nuevo. Ha existido desde la antigua Babilonia pasando por el medioevo y está más que presente en la actualidad. Así como el rey Claudio, ¿Cuántos monarcas y soberanos han recurrido al soborno, al asesinato, a las revoluciones violentas, y a cualquier otro tipo de método ilegal para llegar al poder? Esto no es nada nuevo, y no es que haya habido uno de ellos más innovador, creativo u original que los demás. Es siempre la misma historia.
Shakespeare no estaba intentando explicar nada nuevo cuando escribió Hamlet. Sin embargo, si estaba intentando dar una reflexión a las generaciones futuras. Pero de todas estas nuevas generaciones, ¿Cuántas han puesto realmente atención al mensaje? Me atrevería a decir que ninguna, puesto que se siguen cometiendo los mismos errores. Seguimos confiando ciegamente en gobernantes que llegan al poder mediante corrupción y la jalada de influencias.
*** ilustración: marymclain.com
Yo creo que las personas de todo el mundo, sobre todo aquellas que viven en países de Latinoamérica, en donde este fenómeno está más vivo que nunca, deberían leer Hamlet, por que en esta novela las consecuencias son todas negativas y son una efectiva reflexión. También los políticos y gobernantes deberían verse en el espejo y verse a ellos mismos, reconocer sus personalidades y defectos. Definitivamente, leer Shakespeare es un ejercicio de inteligencia y humildad.
Fuentes:
Wow!!!! Me encantó tu entrada del día de hoy. Totalmente reflexiva. Para mi Shakespeare siempre será el MASTER de las emociones humanas.