Martes para los pequeños. No podía faltar un autor infantil en esta sección.
Inicios
Hans Christian Andersen nació el 2 de abril de 1805, en la ciudad de Odense, Dinamarca. Su infancia fue muy serena; divida entre su padre zapatero, soñador, alegre e ilusorio; y su madre lavandera, supersticiosa, mimadora, y casi analfabeta. Desgraciadamente, ninguno de los dos con sus trabajos pudo proporcionarle a Andersen la educación que un niño merece. Fue el padre del joven Hans quien le inculcó el amor por la lectura. Le leía las obras de teatro de Ludvig Holberg, el dramaturgo más popular de la época, así como las tragedias de Shakespeare y los cuentos de Las Mil Y Una Noches. ¡El pequeño Hans estaba asombrado! En ese momento supo que quería dedicarse a la escritura.
Su infancia se complicó cuando su papá murió, y su mamá empezó un nuevo noviazgo. Hay algo podrido en Dinamarca. A los 14 años se mudó a la gloriosa y hermosa capital de Copenhague para cumplir sus sueños.
Si triunfas en Copenhague, triunfas en donde sea
Copenhague, la ciudad más feliz del mundo.
Fuente de la foto: InterMundial
No por nada a Copenhague se le llama “ciudad de cuento de hadas”. ¡Es donde muchos de estos grandes cuentos fueron escritos! En esa ciudad, Hans conoció a Jonás Collin, director del Teatro Real. Él le financió sus estudios, así como varios viajes por Europa para nutrir su inspiración. ¡Por fin tenía un mecenas! Podía empezar a escribir.
Comenzó como poeta y novelista. En 1835, publicó la novela El Improvisador, así como varios poemas cortos en revistas y periódicos locales. En un principio, su carrera…no tuvo el éxito que debió tener. Rápidamente publicó la colección Historias de aventuras para niños, donde aparecerían sus creaciones más famosas.
Hans pasó por varios desamores; con Luisa Collin, hija de su protector; y Jenny Lind, “el Ruiseñor del Norte” (ustedes la recordarán de la película El Gran Showman en una unión profesional con el padre del circo; ¿acaso esta mujer descansaba?) También pudo financiar la educación que nunca tuvo y en unos solos pocos años obtuvo el título de bachiller. ¡Educado, constantemente desenamorado, y con un nuevo público principal: los niños! Por fin tenía todas las herramientas de un buen escritor.
Trabajo infantil
Fuente: Eres Mamá
A ver, levante la mano quien no leyó los cuentos de Andersen cuando era niño. Ninguna mano levantada, ¿verdad? Y es que si bien, Hans no se destacó por su trabajo como novelista y poeta, si es recordado por sus múltiples cuentos infantiles. Aquí algunos títulos, para activar la nostalgia:
El patito feo
El soldadito de plomo
Almendrita
La Sirenita
Pulgarcito
La piedra filosofal (si, fue Andersen, y no J.K. Rowling, quien usó por primera vez ese título).
El nuevo traje del emperador
Las zapatillas rojas
Si estos no estuvieron en tu colección, ¡no tuviste infancia!
Final
Poco a poco, Hans obtuvo gran renombre en Europa, y después en América y a nivel global. Murió en 1875, a los 70 años. Sus historias han sido traducidas a más de 146 idiomas, reeditadas por todas las grandes editoriales, y le han valido sitio entre los intelectuales daneses. ¿Estaré yo, con mis guiones, entre esos intelectuales algún día? Nunca hay que dejar de soñar.
https://www.muyinteresante.com.mx/historia/hans-christian-andersen/, 31 de agosto de 2021
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/andersen.htm, 31 de agosto de 2021
https://www.amazon.es/MEJORES-CUENTOS-ANDERSEN-Infantil-Juvenil-9788479627959/dp/8479627956, 31 de agosto de 2021
https://www.intermundial.es/blog/que-ver-en-copenhague/, 31 de agosto de 2021
https://eresmama.com/cuentos-de-andersen-literatura-infantil/, 31 de agosto de 2021
Muy interesante. Creo que todos los títulos de Andersen los he leído alguna vez en mi vida. También hay mil adaptaciones modernas de sus obras originales. Creo que la influencia de Shakespeare se nota, en el sentido de que Andersen escribe sobre la naturaleza humana y ese es un tema que jamás pasa de moda.