Generalmente, cuando hablo sobre la alegría de leer, hablo sobre como la lectura es una actividad que produce placer a nivel general, de como todos nos podemos beneficiar de dicha práctica. Quise hacer esta entrada muy personal y hablar sobre como a mí me alegra el día leer. Voy a recontar como un simple libro cambió por completo mi perspectiva de la vida.
Imagínense este escenario: India, años 1930. Un hombre está de pie en la plaza del pueblo, ignorando con serenidad admirable, los gritos y abucheos de la gente. No trae puestos más que una simple bata blanca, un turbante en la cabeza, y un par de sandalias para protegerlo de los disparos de la policía. No se ha rasurado, bañado, ni comido en días. Atrás de él, más “indeseables”, todos avanzan con paso firme mientras les disparan y les arrojan piedras. Traen en sus manos granos de cierta sustancia blanca que usamos todos los días. El líder del grupo leyó sobre como 150 años antes, colonos americanos tiraron un cargamento entero de té al mar como protesta contra las absurdas leyes que les impuso el imperio, y pensó, “Hagamos lo mismo, pero con sal.” A medida que caminan, esparcen los granos de sal por la tierra, dejando un camino, y ese camino significa “libertad”. Todas las personas que participan en el acto, incluyendo el líder, visten exactamente igual, avanzan con la misma firmeza y a la misma velocidad, teniendo la misma meta, y unidos por un bien común. Ese bien común es la misma palabra que simboliza el camino que están creando. Esto no es algo que un autor haya inventado. Esto pasó en realidad, tal cual lo estoy describiendo.
*** yo hace 8 años
Ahora cambiemos a mi perspectiva.
Año 2013. Yo, un niño de 8 años, leyendo esto, quedo maravillado. En un principio, no entiendo por qué, si a mí no me tocó vivir esto. Ocurrió 80 años antes de que yo naciera. Yo no soy el valiente líder, ni ninguno de los protestantes; ni siquiera los conozco en persona, solo a través de palabras e ilustraciones en papel. Pero, aun así, me identifico. No con las personas, si no con la causa. A mí de inmediato me pareció una lucha extraordinaria, luchada por las razones correctas y usando los métodos correctos. Me imaginé por un momento que yo era el hombre valiente que iba al frente de la línea de personas, todas viendo en mí a un líder fuerte, confiable, y que se preocupa enormemente por su seguridad; que sabe lo que quieren y lucha por ello. No tomó más de un párrafo para instarme a seguir leyendo, y enamorarme del pensamiento de este hombre.
Apenas un día antes, mi mente estaba hecho un remolino. Mil pensamientos pasaban por mi cabeza y no lograba ordenarlos. Pero todo cambió cuando empecé a hojear la colección de coloridos libros que había en mi estante. Todos nuevos, comprados apenas ayer, envueltos en plástico que yo, con toda la energía, rompí con mis dedos. No eran libros de ficción, eran de personas reales. Que existieron y aún existen, sus vidas retratadas en palabras y dibujos, con un toque de humor para atraer a los lectores más jóvenes. Y a medida que leía sobre el valiente conquistador, el perturbado pintor, y el rebelde escritor, de un momento a otro me sentí como otra persona. Sentí como si se absorbieran las vidas de todas esas personas, de esos ejemplares, y antes de que lo supiera, mi torbellino mental fue reemplazado por asombro.
De todos los libros, sin embargo, el que más me llamó la atención, el que más me enganchó, fue el del nacionalista indio que promovió el uso de la no-violencia para lograr una India autónoma y unida. Yo había crecido en un ambiente seguro, en un vecindario de suburbio, en donde todos los vecinos se veían exactamente igual y se llevaban bien entre ellos. Eso me generó una especie de ingenuidad sobre como era el mundo real, puesto que rara vez presenciaba injusticias; inclusive pensaba que las injusticias no me afectaban a mí solo por no ser parte de ellas. Leer la vida de este hombre rompió dicha ingenuidad, por que me hizo darme cuenta de que no somos una especie perfecta, que diario hay injusticias, y que el mundo real no es la visión utópica que me dejó el vecindario en el que crecí. Además, empecé a simpatizar con la gente que atraviesa dichas injusticias, puesto que, como yo, son seres humanos y ningún ser humano debería atravesar esas penurias.
Me pareció realmente admirable como el líder estaba completamente dispuesto a soportar dichos problemas sin quejarse, e inclusive pasar días sin comer y dejarse arrestar; de alguna manera les estaba diciendo, “Apedréenme y castíguenme todo lo que quieran, aquí estoy.” Les probó que sus balas y azotes no hacían malla en él; y en el proceso, demostró que un espíritu noble, una fuerza silenciosa, y el poder de las palabras, son armas más poderosas que la más eficiente pistola.
No solo admiro a la gran alma por introducir la no-violencia como método de lucha en muchos esfuerzos nobles, si no por cambiar mi perspectiva de la vida. A partir de leer este libro, me hice una persona más consciente de la realidad en la que me tocó vivir; 8 años después de este incidente, no podría estar más solidarizado con los menos afortunados, con la gente sin educación, sin casa, sin familia, sin comida, sin zapatos, y a pesar de no poder liderar una épica marcha, mi corazón y mis deseos están con estas personas.
Por todo esto y mucho más, considero este como el libro que cambió mi vida. Me hizo más socialmente consciente y, en el proceso, reforzó mi amor por la lectura, que ahora transmito yo, solo con una computadora, teclado y ratón, a otra gente.
* Esta colección tiene biografías de personajes que han cambiado y revolucionado el mundo antiguo y moderno. Te la recomiendo ampliamente. Una colección que no debe faltar en la biblioteca personal de todo niño /joven
Sinceramente es una muy muy buena colección de libros. Están escritos para mantener la atención de los peques y en un lenguaje simple y coloquial. Son tan buenos que también me ha tocado ver a viejitos muy interesados en la lectura de estas biografías y es por seguramente por su fácil lectura.